Tras la realización de la actividad de visual thinking que adjunto a continuación, debo decir que ha sido una tarea más complicada de lo que parece a simple vista. Es cierto que no deja de ser un mapa conceptual algo adornado, pero precisamente el hecho de adornarlo exige que los conceptos que se reflejan estén bien relacionados y se ordenen de una manera reflexionada. Sin entrar en valoraciones demasiado extensas sobre esta técnica (su naturaleza y propuestas de aplicación en el aula pueden consultarse aquí), bastantes de sus beneficios están explicados precisamente a través del visual thinking en la imagen siguiente.
Visual thinking.Tomada de goo.gl/9oSKuQ. |
Personalmente, la reflexión sobre la idea de evaluación a través de esta técnica me ha permitido descartar la retórica para centrarme en lo esencial y sintetizar mi visión, examinando qué aspectos conozco acerca de la evaluación y cómo se relacionan entre sí.
En cuanto a su aplicación en el aula, considero que puede utilizarse con bastante éxito al menos en dos situaciones, que aprovechan fundamentalmente los puntos 3, 4 y 5 de la imagen: como trabajo de síntesis de contenidos al finalizar una unidad didáctica o como parte del desarrollo de una exposición en público (al resto de la clase) de un trabajo previo.
Por su capacidad de síntesis de información, como se expone en este vídeo, utilizar esta técnica al finalizar una unidad, bien sea individualmente o en grupo, supone garantizar que se reconocen al menos los conceptos esenciales y se entiende la relación que existe entre ellos, con el valor añadido de que la necesidad de incluir dibujos obliga a detenerse en cada concepto y analizarlo más pausadamente que en un mapa conceptual al uso. Por otra parte, utilizar el visual thinking como recurso en una presentación frente a los compañeros exige todo el trabajo personal anterior y ayuda a los alumnos que no están presentando a centrar su atención en los aspectos fundamentales. Además, el componente lúdico que tiene desarrollar y ver esta técnica siempre es un aliciente para estimular el trabajo del alumno.
Sin embargo, como sucede con la inmensa mayoría de las actividades que se proponen para sustituir o complementar los métodos de trabajo habituales, trabajar correctamente con visual thinking exige un tiempo de adaptación a la técnica que pocos profesores están dispuestos a dedicar en detrimento de los contenidos de su asignatura (quizá una buena idea sería comenzar a trabajar en Plástica para transferir después la técnica ya aprendida a otras asignaturas).
Otro de los inconvenientes que plantea es que exige capacidades más allá de los estándares de aprendizaje evaluables que son comunes a todas las materias, como dibujar de manera ordenada, atractiva y sencilla y saber transferir ideas a una representación gráfica. En estos casos, evaluar una tarea de visual thinking desde una asignatura no artística llevaría (en el sentido sumativo) a que algunos alumnos tuvieran resultados poco acordes con las competencias que han adquirido y (en el plano formativo) a que estos mismos alumnos desarrollaran cierta desafección por la asignatura.
En cualquier caso, no creo que exista un método de trabajo en ninguna materia que contente a todos los alumnos. Quizá la solución a la desafección sea diversificar las técnicas, de manera que alumnos con buenas capacidades en algunas áreas encuentren la manera de trabajar (y colaborar con otros alumnos, en su caso) de manera eficiente en prácticamente todas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario